Internet está saturado de contenido de todo tipo para explicar temas complejos, procesos, ideas, métodos, etc., sin embargo, no siempre es de fácil acceso para cierto tipo de audiencias. La pregunta aquí es ¿Cómo lograr que un tema complejo se convierta en algo sencillo de explicar?
Aunque exista más de una forma para comunicar estos temas, los videos gobiernan sobre los otros formatos; simplemente porque es más fácil digerir toda la información cuando hay elementos visuales que lo acompañen, pero el verdadero problema comienza cuando debemos de trasmitir mensajes complejos para públicos variados, tarea que no siempre resulta fácil. Por eso enumeramos 7 puntos que nos han ayudado a transformar temas complejos en videos fáciles de digerir.
#1 Transforma las palabras
Si realizas videos que requieran explicaciones y términos especializados o incluso información que puede ser confusa, procura expresarte de una forma sencilla.
Evita los tecnicismos y si consideras que son necesarios, procura mencionarlos seguido de una explicación o definición corta acorde a tu línea narrativa, de esa manera tu audiencia podrá empatar con los conceptos que tu video expone y se mantendrán interesados.
Si no encuentras forma sencilla de expresar lo que necesitas, intenta explicar siempre el origen de todo tu contenido, utiliza contextos que logren sintonizar a tu audiencia y los coloque en un lugar y tiempo determinados, de ésta forma tu audiencia poco a poco se familiarizará con tu contenido.
#2 Utiliza apoyos visuales
Siendo un video, resulta obvia la necesidad de recursos visuales, sin embargo, tienes que pensar de forma realista con qué recursos puedes contar y cuales son tus limitantes.
Primero desarrolla la idea y luego elige la mejor opción para trasmitirla; recuerda que puedes hacer uso de personas, actores, voz, música, animación, diagramas, textos e incluso una combinación de todos los recursos.
Ten en mente que todos los elementos aportan, pero no todos son necesarios, haz uso de lo que necesites y no abuses de ellos.
#3 Desarrolla una narrativa audiovisual
Todo producto audiovisual necesita una narrativa, hablamos de ese hilo conductor que lleve a la audiencia a través del video, no se puede tener contenido atractivo si el video parece presentación de Power Point; necesita un ritmo, color y por supuesto, un buen guion o estructura.
Si no sabes cómo hacer un guion, no te desesperes, no es el fin del mundo. Lo único que necesitas es desarrollar una narrativa sencilla (introducción, desarrollo, problema, desenlace), esto ayudará a delimitar las partes de tu idea y proporcionará apoyo para ordenar tus conceptos y decidir cómo empezar.
Considera tu tema como un todo y explica sus partes sin salirte del tema principal ni perderte en otros; toca los temas necesarios y utiliza una temática o técnica para contar tu historia y conectar cada uno de tus puntos hasta el final, esto ayudará a tu audiencia a entender mejor lo que tu video pretende.
#4 Rompe tu concepto
Trata siempre de responder a la pregunta “¿por qué?” y procura llegar al origen de tu idea para poder explicarla mucho mejor.
Separa tu video en partes y lleva a tu audiencia paso a paso hasta llegar al contenido que resulte complicado, para el momento en el que llegues ahí, tu audiencia tendrá las herramientas suficientes para seguir en el video y entender de mejor manera lo que quieres expresar.
Romper tu concepto te ayudará a no ser redundante en lo que explicas y evitarás la necesidad de regresar a puntos anteriores de tu discurso, de otra forma, acabarás confundiendo a tu audiencia y creando un hilo infinito de desinformación, procura ordenar siempre las partes de tu idea y explícalas una por una.
#5 Crea paréntesis
Hay ocasiones en las cuales debas hacer un pequeño paréntesis dentro de tu discurso, ya sea para explicar algo, dar contexto o simplemente dar un dato sobre el tema; los paréntesis nos ayudan muchas veces a puntualizar la importancia de una idea o concepto, sin embargo, cuando realices un video, úsalos fuera de tu discurso utilizando los recursos que tengan en mano.
Recuerda siempre hacer un uso prudente y creativo de todos los elementos que la producción audiovisual te puede ofrecer.
#6 No abuses del texto
Procura realizar tu video utilizando recursos visuales y acompañando a la audiencia con una narrativa auditiva, de esta forma, tu audiencia seguirá tu voz y las imágenes en pantalla, de otra forma, tu audiencia perdería atención si necesita escucharte y leer al mismo tiempo. En el caso de que tu video no lleve audio, intenta construir textos muy contundentes aplicando la economía del lenguaje.
A pesar de ser un tema complejo, trata de sonar amigable y de crear un discurso ameno, procura traducir todo tu texto en elementos visuales y sólo utilizarlos en ciertas ocasiones y para un objetivo en particular.
#7 ¡No siempre cabe todo!
Si tu tema es muy largo como para explicarlo en menos de 5 minutos probablemente acabes con un video que cumpla en tiempo pero carezca de enfoque.
Nadie quiere contenidos que abruman o se sientan tediosos; si tu contenido es amplio, mejor haz una serie de videos, es decir, si ya tienes tu video segmentado en partes para que lo puedas explicar, aprovecha y realiza varios videos sobre el tema, de ésta forma no tendrás límite de tiempo y tu contenido se mantendrá intacto y con la calidad necesaria para ser publicado.
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